INICIO
ACERCA DE
EQUIPO EDITORIAL
ENVÍO DE MANUSCRITO

ISSN: 1666–6186 / E-ISSN: 1853–3655

Cuaderno Urbano Nº41 | Año: 2025 | Vol. 41

ARTÍCULO

APORTES TEÓRICOS Y METODOLÓGICOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA ARQUITECTURA POPULAR Y CRÍTICA 1

THEORETICAL AND METHODOLOGICAL CONTRIBUTIONS TO THE CONSTRUCTION OF A POPULAR AND CRITICAL ARCHITECTURE

CONTRIBUIÇÕES TEÓRICAS E METODOLÓGICAS PARA A CONSTRUÇÃO DE UMA ARQUITETURA POPULAR E CRÍTICA

Juan Ignacio Rojas Chediac

Arquitecto, doctor en Geografía, UNLP. Becario doctoral CONICET. Centro Interdisciplinario de Estudios Complejos, UNLP.
E-mail: juan.rojaschediac@gmail.com
Orcid: https://orcid.org/0000-0001-7518-3778

Maira Muiños Cirone

Arquitecta, UNLP. Becaria doctoral CONICET. Doctoranda en Estudios Urbanos, UNGS. Centro Interdisciplinario de Estudios Complejos, UNLP.
E-mail: mairamuinosc@gmail.com
Orcid: https://orcid.org/0000-0001-6341-3150

Andrea Di Croce Garay

Arquitecta, doctora en Arquitectura y Urbanismo, UNLP. Becaria postdoctoral CONICET. Centro Interdisciplinario de Estudios Complejos, UNLP.
E-mail: andreadicroce@hotmail.com
Orcid: https://orcid.org/0000-0002-7173-6555

Guido Agustín Prada

Arquitecto, UNLP. Becario doctoral CONICET. Doctorando en Arquitectura y Urbanismo, UNLP. Laboratorio de Tecnología y Gestión Habitacional, UNLP.
E-mail: guidoprada@gmail.com
Orcid: https://orcid.org/0000-0001-6100-6527

Resumen

En el contexto de creciente desigualdad social que impera desde hace décadas en Latinoamérica, los procesos de producción de suelo urbano y rural han generado territorios cada vez más vulnerables y fragmentados. Lejos de construir respuestas, la formación académica de la arquitectura continúa reproduciendo enfoques tradicionales y parciales, inadecuados para enfrentar los problemas actuales del hábitat. No obstante, desde algunos sectores se ha teorizado y trabajado en pos de abordar esa problemática para construir respuestas a necesidades básicas. Desde este marco, el presente trabajo busca realizar un aporte a la construcción de un reposicionamiento técnico y político sobre el rol de la arquitectura, revisando las relaciones sociales y de producción que se entablan en el mencionado campo. Para ello se extiende la idea de arquitectura popular y crítica y sus metodologías, en una búsqueda por desarrollar una praxis reflexiva sobre el ejercicio de la profesión.

Palabras clave

Arquitectura, popular, crítica, hábitat

Abstract

In the context of growing social inequality that has prevailed for decades in Latin America, urban and rural land production processes have generated increasingly vulnerable and fragmented territories. Far from providing solutions, academic architectural training continues to reproduce traditional and partial approaches, inadequate for addressing current habitat problems. However, some sectors have theorized and worked to address this problem and construct responses to basic needs. Within this framework, this work seeks to contribute to the construction of a technical and political repositioning of the role of architecture, reviewing the social and production relations established in this field. To this end, the concept of popular and critical architecture and its methodologies are developed, seeking to develop a reflective praxis for the practice of the profession.

Keywords

Architecture, popular, criticism, habitat

Resumo

No contexto da crescente desigualdade social que prevalece há décadas na América Latina, os processos de produção de terras urbanas e rurais têm gerado territórios cada vez mais vulneráveis e fragmentados. Longe de construir respostas, a formação académica da arquitectura continua a reproduzir abordagens tradicionais e parciais, inadequadas para enfrentar os actuais problemas de habitat. No entanto, alguns sectores teorizaram e trabalharam para resolver este problema para construir respostas às necessidades básicas. A partir deste enquadramento, este trabalho procura contribuir para a construção de um reposicionamento técnico e político sobre o papel da arquitectura, revendo as relações sociais e de produção estabelecidas no referido campo. Para isso, desenvolve-se a ideia de arquitetura popular e crítica e suas metodologias, na busca de desenvolver uma práxis reflexiva sobre o exercício da profissão.

Palavras-chave

Arquitectura, popular, crítica, hábitat.


DOI: https://doi.org/10.30972/crn.41418545


INTRODUCCIÓN

solamente por eso
porque la vida es bella y nos queremos
solamente por eso venceremos
solamente por eso

Fermín Estrella

En el contexto de creciente desigualdad social que impera desde hace décadas en Latinoamérica en general, y en Argentina en particular, de los procesos de producción de suelo urbano y rural se obtienen territorios cada vez más vulnerables y fragmentados. Lejos de construir respuestas a las demandas de la mayoría, la mayor parte de la formación académica en arquitectura continúa reproduciendo el rol del arquitecto/a tradicional, desde enfoques liberales, fragmentarios y lineales inadecuados para enfrentar los problemas actuales (Salgado et al., 2022). No obstante, así como se ha dado desde diversos campos del conocimiento, desde algunos sectores de la arquitectura se ha teorizado y trabajado en pos de abordar esa problemática, y con ello construir respuestas a necesidades básicas, como lo son el acceso al hábitat, al suelo, a la vivienda, y al conjunto de derechos vinculados con estos. Estos grupos e individuos, en vinculación a esta realidad conflictiva, aportan conocimientos y experiencias al debate sobre el rol que cumple la arquitectura en los procesos de acceso y construcción territorial del campo popular, en donde el objetivo de gran parte de su población no se formula en la reproducción del capital sino en la solución para satisfacer las necesidades del hábitat.

Tomando como punto de partida este marco, el presente trabajo busca aportar a la construcción de un reposicionamiento técnico y político sobre el rol de la arquitectura, revisando las relaciones sociales y de producción que se entablan en el mencionado campo. La hipótesis en que se basa es que en la producción del hábitat donde no existe una extracción de plusvalía directa, las relaciones sociales y de producción podrían desarrollarse bajo nuevas formas. De esta manera, la obra se podría llegar a convertir en un espacio de formación técnico y política emancipatoria, acompañada e impulsada desde el ejercicio de una arquitectura popular y crítica. El objetivo de esta orientación será, por un lado, dar respuesta a las problemáticas del hábitat de los sectores más desfavorecidos de la sociedad y, por el otro, la puesta en práctica de relaciones sociales desmercantilizadoras.

Es así que la revisión epistemológica y metodológica para la creación de aportes teóricos y prácticos, ponen de manifiesto la necesaria reconfiguración del rol del/la arquitecto/a, y de las relaciones de producción que se establecen en la arquitectura. En este sentido, este trabajo sintetiza reflexiones y propuestas surgidas de debates, espacios de formación y experiencias territoriales desarrolladas en el seno del colectivo Arquitectes de la Comunidad La Plata (ArqCom (LP) en adelante) en relación con el trabajo de otros grupos e individuos 2. El recorrido teórico-práctico del colectivo ArqCom (LP) (ArqCom (LP), 2014; ArqCom (LP), 2019; Cantar et al., 2022; Di Croce Garay, 2021; Prada y Di Croce Garay, 2023; Rojas Chediac et al., 2022), fue la base del método que aquí se presentará. Los aportes allí surgidos fueron complejizados con los recorridos teórico-prácticos propios de los autores de este trabajo, en cuyo intercambio se logró plantear reajustes necesarios a partir de la praxis.

El trabajo se articula en cuatro apartados. En un primer momento se expone la problematización de la temática trabajada, a través del análisis y caracterización de la situación habitacional de los sectores populares a nivel latinoamericano y nacional. En un segundo momento se explora el devenir histórico de la arquitectura tradicional a partir del cual llegamos al actual rol que la arquitectura ocupa en los procesos productivos. En un tercer momento, se busca construir la fundamentación teórica sobre la que se basa el reposicionamiento teórico y práctico del ejercicio de la arquitectura, a partir de retomar trabajos que anteceden a este, y del desarrollo de los elementos teóricos propios. Para ello se desarrolla lo que entendemos por arquitectura popular y crítica y sus metodologías de acción: se busca desarrollar una praxis reflexiva sobre el ejercicio de la profesión desde una perspectiva teórico-práctica alternativa. Finalmente, en un cuarto momento, se presenta un método de trabajo con base en las discusiones teóricas y experiencias prácticas de ArqCom (LP), complejizado a posterior a partir de un amplio bagaje teórico-práctico de diversos autores. Este apartado busca retomar elementos presentados en el tercer apartado, mediados por las experiencias territoriales y los debates de las últimas décadas. Este método es considerado una síntesis que fusiona debates teóricos y de trabajo en territorio, y será presentado de forma crítica, reconociendo los aciertos y revisiones que hasta el momento fueron detectados.

ESCENARIO ACTUAL: LA SITUACIÓN HABITACIONAL DE LOS SECTORES POPULARES

Las ciudades latinoamericanas evidencian en la actualidad las consecuencias propias de su origen, vinculadas con actividades productivas propias de un continente con un lugar periférico en la economía global (Portes, 2004). Sus urbanizaciones albergan fuerzas productivas que, insertadas en gran medida de forma precaria en el circuito laboral, quedan excluidas o limitadas del consumo mercantil. En este contexto, una gran porción de habitantes ha sido excluida del acceso a la tierra, la vivienda y otros bienes comunes, como equipamientos, infraestructura y servicios básicos urbanos que Kowarick denomina “de expoliación urbana”, para hacer referencia a “la ausencia o precariedad de servicios de consumo colectivos que, conjuntamente con el acceso a la tierra, se muestran socialmente necesarios en la reproducción urbana de los trabajadores”(Kowarick, 1996, pp. 737).

El escenario urbano latinoamericano se caracteriza actualmente por un crecimiento rápido, expansivo y no controlado, el deterioro y la fragmentación de sus zonas, la ruptura de la relación calidad de vida-urbanización (ONU-HABITAT, 2012) y la segregación socioeconómica de sus áreas periféricas (Carman et. al, 2013). Este hecho constituye a las ciudades como enclaves del sistema global, al tiempo que continúan siendo sede laboral y habitacional de quienes quedaron al otro lado de la brecha (Rodríguez, 2002). En ellas convive una heterogeneidad de situaciones habitacionales, cuya producción y consumo involucran prácticas no mercantiles, desmercantilizadas, y mercantiles, entrecruzadas a su vez con lógicas estatales, por encargo y sociales que dotan de complejidad y diversidad a la producción urbana (Pirez, 2016). Esta multiplicidad de formas de producción y consumo afectan también a las urbanizaciones populares. En ellas se reconocen procesos de producción social del hábitat, enfoque que apunta a “revalorizar, sistematizar, sostener y fortalecer las propias capacidades de los sectores populares y sus organizaciones, como punto de partida de la transformación de sus condiciones cotidianas de vida.” (Rodríguez et.al, 2007, p.8). No obstante, estas prácticas comunitarias distan de ser exclusivas, conviviendo con las mencionadas lógicas mercantiles, atravesadas –y complejizadas– en estos casos por la predominancia de múltiples informalidades (legales, económicas, regulatorias).

Las urbanizaciones populares representan el 60% de toda la producción habitacional en Latinoamérica (Olsson, 2012), involucrando cerca de la mitad de la superficie y de la población de las grandes ciudades del continente (Duhau, 1998). La heterogeneidad de los procesos de producción urbana depende de las particularidades propias de cada contexto e historia, siendo –no obstante– el mercado un común denominador en la construcción e imposición de las reglas de división, regulación y direccionamiento del crecimiento de las ciudades (Cravino, 2018).

En el caso de Argentina se encuentra uno de los porcentajes de población urbana más altos del mundo, alcanzando una tasa del 91% (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos [INDEC], 2010). Las características de sus ciudades no escapan a las lógicas de reproducción del territorio mencionadas, donde las problemáticas urbanísticas atraviesan a las grandes ciudades, con particularidades en cada región y una situación deficitaria del hábitat popular a escala nacional (Cravino, 2018). En un recorrido sucinto, podemos decir que los problemas habitacionales de las grandes ciudades argentinas se remontan a la década de 1940/1950 con las primeras migraciones internas masivas (vinculadas con la mecanización del campo y el proceso de industrialización para la sustitución de importaciones). El problema aumentó su gravedad luego del proceso iniciado con la última dictadura, a partir del cual se comenzaron a instalar las medidas neoliberales que habilitarían posteriormente el empobrecimiento generalizado de la población durante la década de 1990, y la crisis económica, social y de representación iniciada en diciembre de 2001.

Durante la última década del siglo XX, en Argentina comienza a gestarse un gran crecimiento poblacional alrededor de las villas y asentamientos. En la década de 2000, surge el 26,83% de los barrios populares 3 de todo el país, mientras que en la década de 2010 aumenta 24,80% el crecimiento de villas y asentamientos (Registro Nacional de Barrios Populares [RENABAP], 2023), llegando al año 2023 con un total de 6.467 barrios populares donde habitan más de un millón de familias. Este hecho tiene una estrecha relación con el crecimiento de la tasa urbana a nivel global y el contexto socioeconómico a nivel nacional. Si bien la mayor cantidad se agrupa en la provincia de Buenos Aires, no resulta un caso aislado de las ciudades intermedias y grandes en el resto del territorio.

LA ARQUITECTURA TRADICIONAL, EL MÉTODO DE PREDOMINANCIA ACTUAL

La lectura del estado de situación desarrollado en el apartado anterior, habilita una serie de interrogantes referidos a los alcances y limitaciones que la arquitectura puede aportar para la atención de las problemáticas del hábitat popular. En este sentido, Salgado et al. (2022) afirman que es necesario redefinir la acción tradicional de la formación de la arquitectura, en la búsqueda por articular la disciplina y la sociedad. Pero, ¿qué tradición existe en la arquitectura? Para comenzar, se denomina tradición, parafraseando a Williams (1997), a aquella versión “intencionalmente selectiva de un pasado configurativo y de un presente preconfigurado, que resulta entonces poderosamente operativo dentro del proceso de definición e identificación cultural y social” (p. 137), conformando una selección de significados y prácticas que son seleccionados y acentuados y otros que son rechazados y excluidos. A raíz de esta perspectiva, surge la pregunta sobre qué procesos históricos configuran la arquitectura tradicional.

Yendo a sus inicios, siguiendo a Ferro (2012, pp. 5-6), la arquitectura –tradicional– es un trabajo elemental, una manufactura que data “del siglo XV en Europa, pero que hasta hoy se mantiene sin grandes transformaciones”, la cual alberga de diez a doce tipos de trabajo: albañil, carpintero, pintor, entre otros. Allí, los obreros ejecutan tareas simples, realizables con herramientas primarias y con conocimientos fácilmente disponibles. En este contexto, se produce la separación de los medios de producción y la fuerza de trabajo y, estos cambios en la forma de producir generaron que, para poder sustraer plusvalía del proceso de producción de la obra, fuera necesario redoblar la violencia directa y las sofisticaciones intelectuales de dominación 4.

En este momento, surge la figura del arquitecto/a tal como se conoce en la actualidad. El evento que da nacimiento a su rol en la construcción es la extracción del proyecto del lugar de construcción. Este hecho, según Ferro (2012), se configura como el primer elemento de dominación en el rol del/a arquitecto/a sobre el conjunto de la producción. De esta manera, la separación del diseño respecto del sitio de la obra no es un hecho contemporáneo: su origen se sitúa precisamente en el Renacimiento como una forma de contrarrestar la manera en que los/as obreros/as de la construcción venían desarrollando su labor.

Este fenómeno conforma una nueva subdivisión del trabajo en la producción de la arquitectura. Al introducir una nueva jerarquía, los/as arquitectos/as convierten a los constructores autónomos en dependientes de sus decisiones, un proceso profundizado por un diseño cada vez más detallado (Ferro, 2012). A su vez, la fragmentación y jerarquización en el grado de acceso a la información, se profundiza con un nuevo lenguaje especializado externo al de los/as obreros/as, creado en 1799, el sistema Monge. Estos cambios en las formas de construcción determinaron una reconfiguración de la totalidad de la obra definida por la lógica de la reproducción del capital y personificada en los/as arquitectos/as.

Desde una perspectiva relacional entre el sujeto, el capital y los medios de producción, los/as arquitectos/as, siguiendo a Pradilla y Jimenéz (1973, p. 51), podrían asumir por lo menos dos formas diferentes. La primera se da cuando los/as arquitectos/as carecen de los medios de producción y su labor se desarrolla en el diseño y la dirección del proceso productivo ya sea para un propietario individual, el capital económico o el Estado. En este caso, un/a arquitecto/a “es un trabajador productivo no directo, independientemente de que su salario aparezca como tal o bajo la forma de honorarios”. La segunda se da cuando los/as arquitectos/as poseen los medios de producción y realizan y controlan la obra ya sea para un propietario individual, el capital económico o el Estado. En este caso, un/a arquitecto/a no sólo dirige el proceso de producción, sino que “se apropia de una parte de la plusvalía producida por el obrero, dejando la otra parte al propietario del capital-dinero invertido y a las demás fracciones del capital que participan en su realización como mercancía”. En este caso, la forma de contrato a precio fijo es la utilizada con habitualidad. De esta manera, la mejoría salarial relativa que reciben los/as arquitectos/as, en comparación con los/as obreros/as, está condicionada por el rol que ocupan.

En esta caracterización, la figura de los/as arquitectos/as se presenta controversial, dado que pueden posicionarse como mediadores entre las clases sociales por su tarea de control en el proceso constructivo de quienes construyen, y su incapacidad de obtención de plusvalía cuando no posee los medios de producción. En este sentido, Meyer (1972, p.131) afirma que el rol del arquitecto/a, «en su calidad de trabajador intelectual» se encuentra «sometido al dominio de la clase dirigente, mucho más de lo que puede estarlo un peón».

Esta concepción sobre el posicionamiento del/a arquitecto/a también puede ser explorada desde las relaciones entre las clases sociales. En términos generales, bajo la visión Erik Olin Wright (Giddens, 2010), se podría observar que en la producción capitalista moderna, el control sobre los recursos económicos tiene tres dimensiones que nos permiten identificar las principales clases existentes: el control sobre las inversiones o el capital monetario, el control sobre los medios físicos de producción y el control sobre la fuerza de trabajo. Es la clase capitalista la que tiene control sobre cada una de estas dimensiones dentro del sistema de producción, mientras que la clase obrera no lo tiene sobre ninguna de ellas.

Asimismo, entre estos sectores sociales, hay grupos con posiciones ambiguas. Para establecer diferencias entre las posiciones que se dan dentro de este grupo de población medio, Wright tiene en cuenta dos factores: la relación con la autoridad y la posesión de cualificación y de habilidades. El primero responde a la relación que muchos trabajadores de clase media tienen con la autoridad, ayudándoles a controlar la clase obrera, por lo cual, son recompensados. El segundo hace alusión a los empleados de clase media que tienen una capacitación de la que hay demanda en el mercado laboral, por lo que cuentan con cierto poder sobre el sistema capitalista.

Bajo esta lectura, se podría observar que el rol de los/as arquitectos/as está mediando la relación que se da entre quienes invierten y quienes construyen. A través del mecanismo mencionado, la extracción del proyecto del lugar donde se construye, los/as arquitectos/as pueden garantizar la mediación entre las dos clases sociales, ejerciendo el trabajo intelectual y controlando a la mano de obra. Esta condición de los/as arquitectos/as determina que su actividad, tal como expresan Pradilla y Jiménez (1973), en el proceso de producción sea la de control ya sea “como diseñador de la obra a realizar y por tanto de prefigurado de la forma final del producto; sea como supervisor directo de la marcha de este, o bien, como realizador de esta doble actividad” (p. 51). De esta manera, siguiendo a los autores, se podría afirmar que, bajo las circunstancias actuales, producidas históricamente, los/as arquitectos/as al realizar su práctica técnica son

un instrumento al servicio de las relaciones de producción vigentes en la sociedad; su práctica está comprometida con el capital tanto en términos económicos al servir de instrumento en la explotación del trabajador asalariado de la construcción, como en términos ideológicos al actuar como un medio –muy eficaz en ocasiones– de la reproducción de la ideología burguesa contenida no sólo en la función de su obra, sino también en la misma forma que el diseñador le da, para “satisfacción” de su cliente y gloria eterna de su genio personal. (PRADILLA Y JIMÉNEZ, 1973, PP. 53-54)

 

Bajo las perspectivas mencionadas, la arquitectura tradicional, como disciplina y práctica, se encuentra profundamente enraizada en las relaciones de producción capitalistas que la configuran históricamente. Asimismo, esta visión se vio profundizada a partir de la década de 1990. Tal como afirma Pedro (2017), los contenidos y objetivos de la formación de los arquitectos sintonizaron con los parámetros neoliberales, naturalizándolos y adaptándose al tipo de desarrollo urbano y territorial que impulsan. Este enfoque, tanto explícito como implícito, ha organizado las “reflexiones y herramientas de intervención, desde enfoques técnico-estéticos, a-sociales, a-contextuales y a-históricos” (p. 81). Para sintetizar, se puede observar que, dentro de la concepción tradicional de la disciplina, los/as arquitectos/as actúan como mediaciones entre el capital y la fuerza de trabajo, reproduciendo (y teniendo la capacidad de revertir) jerarquías y dinámicas de control.

UN DISTANCIAMIENTO EPISTEMOLÓGICO: FUNDAMENTACIÓN

Hasta el momento se han retratado dos fenómenos: la situación habitacional, en específico del hábitat popular, y el rol de los/as arquitectos/as bajo la concepción de la arquitectura tradicional. Si se pesquisa la relación entre ambos acontecimientos, existen dos elementos, en contradicción, que dan cauce para comenzar a repensar la forma de producción de la arquitectura. Por un lado, un gran porcentaje de toda la producción habitacional de América Latina se genera mediante procesos de autogestión y autoproducción (Olsson, 2012). Por el otro, la arquitectura tradicional produce un rol para los/as arquitectos/as en respuesta a la forma mercantil de construcción donde las relaciones de producción que se establecen son consecuentes a la lógica del capital (Bidinost, 2006), sin asimilar las demandas de la mayoría de la población (Livingston, 2006).

Esta paradoja se evidencia al observar que, en diversos casos, en los procesos de autogestión y autoproducción, las relaciones de producción no son puramente mercantiles o, en otras palabras, no se basan en la necesaria extracción de un plusvalor en el proceso productivo de construcción. Por el contrario, responden a distintas necesidades y lógicas, pero principalmente, al mejoramiento del hábitat por parte de sus habitantes. En particular, estos procesos se dan sin la participación de técnicos/as o arquitectos/as a cargo 5. Para resolver esta contradicción, se busca un distanciamiento epistemológico de la arquitectura tradicional para, por un lado, revisar de qué manera los/as arquitectos/as pueden participar en la construcción del hábitat popular y, por el otro, repensar las relaciones que se establecen en la producción de la arquitectura, ya no bajo relaciones de explotación y dominación, sino desde la posibilidad de construir nuevos tipos de relaciones.

En este sentido, dentro del campo disciplinar, diversos intelectuales (Bidinost, 2006; Boldrini y Malizia, 2020; Enet, 2012; Estrella, 1983; Livingston, 2006; Pelli et al., 1994; Pradilla y Jiménez, 1973; entre otros/as), como así también organizaciones y colectivos de arquitectos/as (Taller Total; Taller Libre de Proyecto Social; ArqCom LP; MAHPA; Arquitectos de a Pie; Proyecto Habitar; Usina; entre otros) han repensado el rol de los/as arquitectos/as y planteado nuevas articulaciones entre la disciplina y las necesidades habitacionales.

De la producción disciplinar de la década de 1970, un ejemplo se observa en el trabajo desarrollado por Fermín Estrella quien, junto a otros/as arquitectos/as, le dieron una visión singular: los/as arquitectos/as ya no respondían a los intereses de la minoría explotadora y monopolizadora del saber, sino que eran pensados como trabajadores intelectuales al servicio del pueblo y de la destrucción de dicho monopolio. En esta propuesta, se produce una polarización entre el rol ocupado por técnicos/as, los fondos económicos y los comitentes. El pueblo es caracterizado como el productor de la riqueza nacional, el propietario de necesidades impostergables, y como el actor más interesado en el cambio. Este enfoque lo define como antiburocrático, antioligárquico y antiimperialista, dado que la solución de todas sus necesidades y de su desarrollo como ser humano depende de su liberación, de su transformación de esclavo explotado en hombre libre transformador de la sociedad en que vive, y usuario de la riqueza que produce (Equipos político-técnicos JUP, 1973).

En esta línea, una de las primeras experiencias en Argentina en intentar romper el paradigma de la arquitectura tradicional ha sido el Taller Total. Durante la primera mitad de la década de 1970, fue una experiencia pedagógica concreta de transformación disciplinar que intentó redefinir el papel del arquitecto/a en la sociedad. Lo que se buscaba era conformar un enfoque interdisciplinario de la formación, en vinculación con las ciencias sociales y la política, en la búsqueda por una redefinición estructural de la disciplina para responder a las necesidades populares (Malecki, 2018).

Asimismo, un ejemplo contemporáneo es el del Taller Libre de Proyecto Social. Este espacio disciplinar surgido a inicios de la década del año 2000, aborda las problemáticas de la producción social del hábitat. Tal como expresa Pedro (2022), la actuación de los profesionales debe desarrollarse mediante una reconfiguración conceptual y metodológica que denominan: enfoque social del diseño y el proyecto 6. En este sentido, la actuación de arquitectos/as en el hábitat popular “requiere la conformación de una nueva cultura proyectual que, propiciando el conocimiento profundo de la sociedad en que se habita, se disponga a poner el énfasis en el proceso social (producción social de vivienda y el hábitat), más que en el producto (producción de vivienda social), incorporándose en relación de pares a equipos interdisciplinarios, para proyectar un proceso temporal y participativo, junto con un sujeto con nombre y apellido, que autogestiona o cogestiona el mejoramiento de su hábitat residencial” (Pedro, 2022, p. 1374).

A raíz de lo mencionado, se puede apreciar que, en términos generales, el ejercicio de la arquitectura desde una perspectiva social, como diversas actividades que se desarrollan, puede ser interpretado como un trabajo: una acción creadora mediante la cual las personas y la sociedad actúan sobre el medio, modificando a las personas y la sociedad (Peña, 1958). A su vez, si la arquitectura es una forma de relación entre la sociedad y el medio natural o artificial, podría ser entendida desde la noción de la técnica, como “un conjunto de medios instrumentales y sociales, con los cuales el hombre realiza su vida, produce y, al mismo tiempo, crea espacio” (Santos, 2000, p. 27). De esta manera, la arquitectura pensada como técnica es un “sistema de máquinas fijas y máquinas semovientes –la tecnología– en intrínseca relación con las formas de manipular y de trabajar” (Silveira, 2012, p. 27). Entonces, la arquitectura puede ser vista como un trabajo donde existen relaciones entre personas, medios y herramientas. En referencia al proceso productivo, en específico desde el diseño hasta la finalización del proyecto, se puede incorporar a la perspectiva de la profesión elementos que no son tenidos en cuenta en su visión tradicional.

En esta línea, aunque existen diversas aproximaciones a la disciplina, la propuesta de la denominada arquitectura popular y crítica no se limita sólo a la participación comunitaria ni a la mejora de las condiciones materiales, sino también, y principalmente, en la búsqueda por transformar las relaciones sociales y de producción durante el proceso constructivo. A diferencia de otras perspectivas, por ejemplo, en la asistencia en la autoconstrucción donde se mantiene una asesoría técnica externa, en este enfoque el/la arquitecto/a se inserta en el proceso de construcción como un coordinador con el objetivo de generar cambios en el proceso productivo. En este sentido, la reorientación de la arquitectura hacia lo crítico y popular, intenta mostrar una perspectiva particular que podría tener la disciplina (estableciendo un distanciamiento epistemológico con la visión tradicional): se hace referencia a la búsqueda por acompañar a los intereses y dar respuesta a las demandas habitacionales populares, respetando sus prácticas culturales y sociales; mientras se busca recomponer una perspectiva crítica que pone en el centro no sólo la interpretación de los problemas estructurales de la realidad, sino también su transformación (Rojas Chediac et al., 2022).

Un elemento de importancia en esta visión es que la producción de la arquitectura no se basa en una visión objetivista sino procesual, donde cada parte del proceso debe ser repensada para construir relaciones nuevas que no estén mediadas por el valor de cambio (Marx, 2005 [1867]). En este sentido, para construir una perspectiva popular y crítica, se vuelve necesario configurar una revisión de la relación entre la técnica y la política. Este hecho pone de manifiesto una reconfiguración de los mecanismos que conforman la visión tradicional de la disciplina (la dominación y el control sobre quienes construyen para garantizar la reproducción del capital y la extracción de plusvalía). En este sentido, se propone sustituir estas lógicas por nuevos objetivos acordes a una nueva perspectiva política y “una transformación de las lógicas tanto técnicas como políticas” (Rojas Chediac et al., 2022, p.15).

En este marco, la arquitectura popular y crítica es una propuesta de una disciplina con un objetivo central: la posibilidad de la arquitectura de resolver las necesidades del hábitat, mientras se transforman las relaciones sociales y de producción. A partir de la ruptura de los vínculos mercantiles, emerge la posibilidad de conformar nuevos roles dentro de la producción donde el intercambio de saberes y la búsqueda de consenso son sus pilares (Rojas Chediac et al., 2022). Aquí, los/as arquitectos/as abandonan su rol mediador y dirigencial, como en su enfoque tradicional, para convertirse en coordinadores de la técnica y la política. En este nuevo rol, su tarea es acompañar el cambio de las relaciones sociales tradicionales hacia formas desmercantilizadoras, promoviendo la toma de conciencia de las capacidades transformadoras de la comunidad. De esta manera, la labor del/a arquitecto/a se enmarca en un proceso de acuerdo a los intereses del conjunto de sus integrantes. Para desarrollar esta perspectiva disciplinar, a continuación se propone un método desde la mirada de la educación popular.

UNA PROPUESTA DE UN NUEVO MÉTODO DE TRABAJO

El distanciamiento epistemológico de la arquitectura tradicional, hacia una nueva concepción popular y crítica, no sólo se basa en una propuesta teórica, sino que se conforma a partir de un método práctico que permite desarrollarla. Si se realiza un paralelismo con la educación popular desarrollada por Paulo Freire junto a Fiori (2005 [1970], p. 27), se podría decir que un método de arquitectura popular y crítico transforma la “conciencia y politiza”, ya que no absorbe lo político en lo técnico, ni enemista la técnica con la política, “las distingue sí, pero en la unidad del mismo movimiento en que el hombre se historiza y busca reencontrarse, esto es, busca ser libre”. En esta línea, un método se comprende como “la capacidad de ubicar en el lugar exacto los elementos y requisitos para construir el camino que nos lleva a un determinado fin” (Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil, 2009, p.25), el cual puede establecerse tanto como objetivo táctico, es decir, determinado, o también como objetivo intermedio de largo plazo, o estratégico.

De esta manera, un método sólo puede existir en vinculación con un objetivo o, en otras palabras, para alcanzar un objetivo es necesario buscar un método para implementarlo. En este sentido, la arquitectura popular y crítica se conforma, por fuera de la lógica mercantil, a partir de los dos objetivos mencionados: por un lado, dar respuesta a las necesidades del hábitat popular y, por el otro, la posibilidad de construir nuevas relaciones sociales y de producción. Para llevar a cabo estos objetivos, se formula un método de trabajo, el cual se desarrolla a partir de la propuesta del MST (2009) en relación con formulaciones teóricas y metodológicas, tanto de ArqCom (LP) (Cantar et al., 2022; Rojas Chediac et al., 2022; Di Croce Garay, 2021; ArqCom, 2019) como de otros autores (Boldrini y Malizia, 2020; Enet, 2012; Estrella, 1983; Pedro, 2017, 2022).

Al observar los puntos de conexión y tensión, en relación con la visión de la educación popular, a continuación se desarrolla una aproximación metodológica de la arquitectura popular y crítica basada en siete puntos: i) los acuerdos de trabajo; ii) la planificación; iii) la toma de decisiones y la democracia interna; iv) la organización interna; v) las tareas y roles; vi) formación y divulgación y vii) la seguridad y salubridad. Aunque es un método en construcción, se cree que estos siete puntos abarcan la mayor parte de los elementos a tener en cuenta para esta propuesta alternativa.

Los (i) acuerdos de trabajo son el punto de partida para desarrollar la producción de la arquitectura popular y crítica. Se basa en la definición de objetivos comunes –generales y particulares–, plazos, alcances y limitaciones. Se tratará de consensuar entre todo/as los/as integrantes un marco político-ideológico y técnico-organizativo para el desarrollo de las actividades, y se definirán los roles de cada sujeto en base a las condiciones materiales e inmateriales con que se cuenta.

Respecto a la (ii) planificación, es el medio con el cual se conforman los lineamientos para alcanzar los objetivos políticos y técnicos a partir de la articulación de fuerzas. Las distintas instancias de la planificación se basan en: la identificación y análisis del problema, la decisión sobre las acciones, la distribución de las tareas, la clarificación de los roles, y la evaluación de las actividades generales y de grupos. De esta manera, se busca alcanzar los objetivos políticos y técnicos sin dejar de lado los lineamientos.

En referencia con la (iii) toma de decisiones y la democracia interna, se basa en todas aquellas instancias de definición que deben realizarse colectivamente y a través de la participación activa. Las asambleas serán el máximo órgano de decisión del proceso de la arquitectura popular y crítica. En estas reuniones será necesario: la clarificación de los objetivos y temas a tratar; la coordinación y planificación, asegurando la organización, el respeto y la participación; y a su vez, la garantía de contar un espacio físico e identitario para el desarrollo de la actividad. Asimismo, la asignación de roles mediadores y coordinadores de la asamblea entre los participantes, será un punto clave para su desarrollo, así como la sistematización de lo transcurrido.

La (iv) organización interna se basa en la definición de una estructura interna acorde a los objetivos y el contexto en que se desarrolla. Será fundamental la democratización de todas las instancias de decisiones colectivas. Para la mejor distribución del trabajo, se conformarán grupos que contengan coordinadores, quienes tendrán como tarea el acompañamiento de los procesos y la organización de los grupos de trabajo. Los/as coordinadores/as serán quienes tengan presente la claridad de las tareas, las metas y los objetivos durante todo el proceso.

En cuanto a las (v) tareas y los roles, de acuerdo con la definición de la estructura interna, la actividad que se desarrolla varía según el lugar que se ocupe. De forma sucinta, se podría decir que existen, como mínimo, dos tipos de roles a ocupar: coordinadores y bases. En cuanto a los/as coordinadores/as, llevarán adelante las actividades organización, orientación y multiplicación y selección de bases. En cuanto a las bases, sus actividades se vinculan al desarrollo de tareas en la producción y la formación.

La (vi) formación y la divulgación se basan en la discusión de los problemas generales de la sociedad en relación con la perspectiva política y técnica del proceso productivo particular. Este vínculo parte de la realidad y busca formar una conciencia a partir de ella que abarque la mirada de las diversas personas intervinientes y sus intereses. Asimismo, esta instancia podría permitir la multiplicación de los roles de coordinación y, por ende, generar nuevos grupos de trabajo.

En tanto (vii) la seguridad y salubridad buscan garantizar la integridad física que debe tener toda persona integrante del proceso productivo. Al ser un trabajo dependiente del esfuerzo físico, la seguridad y la salubridad de los/as trabajadores/as es fundamental al repensar una nueva relación de las personas con la producción. Si el tiempo no es el de la reproducción del capital sino el del proceso organizativo, el cuidado personal y colectivo toman prioridad.

Cada uno de los elementos de la metodología propuesta responde a la necesidad tanto de transformar las relaciones de producción en la arquitectura como de mejorar las condiciones del hábitat popular. En este sentido, la planificación colectiva y la toma de decisiones democráticas se presentan como mecanismos fundamentales para descentralizar el conocimiento técnico, tradicionalmente concentrado en la figura del arquitecto, además de incentivar una participación activa e igualitaria de los actores involucrados. Este enfoque no sólo permitiría compartir las responsabilidades en el proceso de producción, sino que también abre paso al diálogo que valora la experiencia y el saber local de igual manera al académico. Además, junto con los acuerdos de trabajo, podrían facilitar la construcción de lenguajes comunes y horizontes posibles según las necesidades establecidas, el contexto y las capacidades. Este fenómeno irrumpe con la noción productivista del tiempo que propone la arquitectura tradicional.

Por su parte, la organización interna junto con la definición de roles y tareas se estructura bajo el principio del centralismo democrático, en el que se fomenta un diálogo abierto, “donde todos pueden presentar sus puntos de vista y discutirlos” (MST, 2009, p.34). Este hecho es una búsqueda por romper con la jerarquización verticalista tradicional. En este enfoque, se propiciaría una transversalización de los saberes y las capacidades, tanto materiales como inmateriales, al permitir que la experiencia colectiva y el conocimiento compartido se conviertan en las principales herramientas de acción. Asimismo, la seguridad y salubridad no sólo responden a una crítica histórica de las condiciones de precariedad del trabajo en la construcción, sino que se constituyen en un pilar que garantiza el bienestar de todos los integrantes. De esta forma, se podría priorizar el cuidado de los/as participantes por sobre los avances de la construcción, reconociendo una integralidad entre personas y producción en todo el proceso.

En consecuencia, el método se erige como una reconfiguración del puente entre la técnica y la política, buscando integrar de manera coherente aspectos de la arquitectura a los procesos de autogestión y autoproducción del hábitat. Se trata de una propuesta que contiene dos intenciones: por un lado, aspira a redefinir el papel del arquitecto bajo un modelo de colaboración y responsabilidad, y por el otro, a generar nuevas formas de relación social y productivas dentro del campo disciplinar de la arquitectura. En síntesis, se podría afirmar que se busca establecer una alternativa que tensione la perspectiva tradicional de la disciplina, abriendo camino a nuevas prácticas inclusivas, participativas y, en última instancia, emancipadoras.

A MODO DE CIERRE. ENTRE LO IDEAL Y LO POSIBLE: LÍMITES Y POTENCIALIDADES

Por un mundo
en el que seamos
socialmente iguales,
humanamente diferentes
y totalmente libres

Rosa Luxemburgo

A lo largo del trabajo, se plantea una distancia epistemológica que trasciende a la arquitectura tradicional y busca, a partir de una arquitectura alternativa, llamada popular y crítica, dar respuesta a nuevas formas de producción (y de relación) en la sociedad. Esta búsqueda nace frente a las necesidades históricas que han tenido los pueblos latinoamericanos y el necesario reposicionamiento de la arquitectura. De esta manera, en la investigación se desarrolla una propuesta de un nuevo método de trabajo basado en dar respuesta a las necesidades del hábitat y, a su vez, a repensar la construcción política y organizativa de las comunidades. Desde una perspectiva popular y crítica, la arquitectura podría conducirse a nuevas formas de producción desmercantilizadoras que modifican tanto el rol del/la arquitecto/a, las relaciones de producción y las lógicas de construcción del hábitat, viéndose reflejado en nuevos objetivos y en la conformación de la producción como un espacio de formación técnico-política.

Retomando la hipótesis del trabajo, la perspectiva de la arquitectura popular y crítica propone la creación de nuevas relaciones de producción e intercambio que se establezcan tanto hacia el interior de los procesos constructivos como hacia las comunidades organizadas. Este posicionamiento redefine el lugar que la clase trabajadora y los sectores populares han tenido en la lucha por el hábitat digno, proponiendo una nueva manera de hacer ciudad y resolviendo aquellas necesidades de las que han sido excluidos históricamente. La propuesta metodológica expuesta pretende sintetizar puntos o nodos a través de los cuales ejercitar una forma alternativa de la arquitectura. Así como se mencionó en el apartado introductorio, esos puntos son un primer acercamiento, una búsqueda por poner palabras y orden a los aprendizajes obtenidos de una primera década de trabajo territorial, en relación con experiencias desarrolladas por otros/as arquitectos/as.

En este sentido, se puede reconocer que la propuesta metodológica es pertinente en la integración de la técnica y la política, como así también para los contextos de desigualdad y exclusión. Sin embargo, también presenta desafíos importantes: la conciliación de intereses divergentes en procesos colectivos, las posibles resistencias a estructuras tradicionales, la falta de indicadores para evaluar la efectividad de la propuesta, entre otros. Asimismo, se podrían mencionar dos líneas que, sin haber sido exploradas, a futuro podrían mejorar la metodología expuesta. Por un lado, el desarrollo de herramientas de evaluación que involucren a todos los actores intervinientes para la medición de resultados y la retroalimentación del proceso. Por el otro, la integración de saberes de otras disciplinas que puedan complementar la visión arquitectónica, generando procesos transdisciplinarios.

Esta propuesta pretende transmitir, compartir, y poder profundizar un reposicionamiento de la arquitectura que, aunque en la práctica puede encontrar limitantes, resulta pertinente a las problemáticas actuales. En ese sentido, la revisión de la experiencia disciplinar permite reconocer los desencuentros que surgen entre el plano de la necesidad (en este caso habitacional) y el plano de las intenciones (en este caso, de construcción política, de ejercicio de nuevos modos relacionales). Estas tensiones y diferencias son efectivas, no pueden obviarse al presentar este método. No obstante, aun reconociendo las dificultades que enfrenta la alteridad, consideramos necesarias propuestas que busquen revisar lo establecido y dominante, intentando poner en ejercicio nuevas formas de hacer, para poder construir nuevas formas de ser.

Notas

  1. El trabajo tiene como punto de partida la discusión y formación de la organización Arquitectxs de la Comunidad La Plata (ArqCom), colectivo del cual los autores forman parte. Los aportes allí surgidos fueron complejizados con los recorridos teórico-prácticos propios de los autores de este trabajo.
  2. La organización territorial está conformada principalmente por estudiantes y graduades de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Plata (FAU, UNLP). Desde el año 2012, trabaja en barrios populares platenses y contextos rurales del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), en coordinación con organizaciones sociales, acompañando procesos de mejoramiento habitacional y de organización popular (CANTAR ET AL. 2022).
  3. Se denominan barrios populares a urbanizaciones informales “que presentan diferentes grados de precariedad y hacinamiento, un déficit en el acceso formal a los servicios básicos y una situación dominial irregular en la tenencia del suelo, con un mínimo de 8 familias agrupadas o contiguas” (Decreto 358/17).
  4. Esta división se plasmó en el objeto arquitectónico, según Ferro (2012, p.8), a partir del Renacimiento, donde la construcción es doble: “de un lado una estructura masiva de ladrillo, que realmente sostenía el edificio y, en la fachada, esculpidos, columnas, arquitrabes, frontones, etc. La arquitectura se escindía en dos partes: una que los antiguos obreros aún hacían, aunque era cuidadosamente ocultada; otra el diseño de decoración que se aplicaba encima”.
  5. Para el año 2013, en Argentina existían 2,15 arquitectos/as por cada 1000 habitantes, siendo 1 cada 1000 habitantes el ideal. Del total de las obras construidas a nivel nacional, solo el 35% son construidas por arquitectos/as, evidencia su ausencia en grandes sectores de la sociedad. Dato obtenido de: https://www.clarin.com/arq/arquitectura/arquitectos-necesarios_0_HkBfPQQiD7x.html (Actualizado al 03/12/2019)
  6. Para profundizar en la importancia de repensar el proyecto de arquitectura, Enet (2012, p. 233) afirma que “el diseño participativo es en sí mismo un proceso de ampliación de información, aprendizaje y acuerdos colectivos. Es tan importante la forma en que se desarrolla el proceso como los resultados de diseño a los que se llegan”.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ArqCom La Plata (2014). Talleres barriales de hábitat digno. AgitEditora, La Plata.

ArqCom La Plata (2019). Primera hilada: prácticas territoriales de un colectivo de arquitectes. La Plata: Arquitectxs de la Comunidad.

Bidinost, O. (2006). Arquitectura y pensamiento científico. Argentina: Editorial de la Universidad Nacional de La Plata (EDULP 2006).

Boldrini, P., & Malizia, M. (2020). Mejora participativa del hábitat en contextos de desigualdad en ciudades intermedias. Hábitat y Sociedad, 13, 209-228.

Cantar, N.; Prada, G.A; Muinos, M.; Di Croce Garay, A.; Rojas Chediac, J.I. (2022). Arquitectes de la comunidad La Plata. Experiencias, reflexiones y desafíos a 10 años de su creación. Presentado en V Encuentro Nacional de Arquitectura Comunitaria (ENAC), Tucumán.

Carman, M.; Vieira da Cunha, N. & Segura, R. (2013). Antropología, diferencia y segregación urbana. En M. Carman, N. Vieira da Cunha, & R. Segura (Eds.), Segregación y diferencia en la ciudad. FLACO, CLACSO, MIDUVI.

Cravino, M. C. (2018). La ciudad (re) negada: aproximaciones al estudio de asentamientos populares en nueve ciudades argentinas. Universidad Nacional de General Sarmiento.

Di Croce Garay, A. (2021). El Pueblo Construye. Acción colectiva en la reconstrucción de viviendas post inundación en La Plata Andrea Di Croce Garay. Quid 16, 124-142.

Duhau, E. (1998). Hábitat y política urbana. México: UAM.

Equipos político-técnicos JUP (1973). Bases para un proyecto político-técnico de construcciones masivas con participación popular. Centro de Estudiantes FAU-UBA

Enet, M. (2012). Diseño participativo: Estrategia efectiva para el mejoramiento ambiental y economía social en viviendas de baja renta. Cuadernos de vivienda y urbanismo, 5(10).

Estrella, F. (1983). Arquitectura de sistemas: al servicio de las necesidades populares. Teoría-práctica-políticas (1964-1983). Editorial Ceveur.

Ferro, S. (2012). Conversación con Sergio Ferro en FAU-USP. Faculdade de Arquitetura e Urbanismo de la Universidade de São Paulo. Traducción por Ariane Stolfi, Daniela Gomes Rezende y Tatiana Morita Nobre, 2012.

Fiori, E. M. (2005 [1970]). Aprender a decir su palabra: el método de alfabetización del profesor Paulo Freire. México: Siglo XXI

Giddens A. (2010). Sociología. Sexta Edición. Madrid: Alianza Editorial.

Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (2010). Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010. https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-2-41-135

Kowarick, L. (1996). Expoliación urbana, luchas sociales y ciudadanía: retazos de nuestra historia reciente. Estudios sociológicos, 729-743.

Livingston, R. (2006). Arquitectos de familia: El método. Arquitectos de la comunidad. Buenos Aires, Nobuko.

Malecki, J. S. (2018). ¿Una arquitectura imposible? Arquitectura y política en el Taller Total de Córdoba, 1970-1975. Prismas, 22(1), 95-115.

Marx, K. (2005)[1867]. El Capital, Tomo I. México D.F. Siglo XXI.

Meyer, H. (1972). El arquitecto en la lucha de clases. ED. ARTO Y LITERATURA.

Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil [MST] (2009). Método de trabajo y organización popular. Buenos Aires: Editorial El Colectivo

Olsson, J. (2012). Presentación. Venciendo la fragmentación. Para lograr un modelo hermoso. En El camino posible. Producción social del hábitat en América Latina (HIC-AL). Montevideo, Uruguay: Ediciones Trilce. ISBN 978-9974-32-583-8

ONU Hábitat (2012). Estado de las ciudades de América Latina y el Caribe. Rumbo a una nueva transición urbana.

Pelli, V.; Lungo, M.; Romero, G. & Bolívar, T. (1994). Reflexiones sobre la autoconstrucción del hábitat popular en América Latina. América Latina: Programa Red Cyted XIV-B.

Pedro, B. H. (2017). Espacios académicos que aborden la formación de los profesionales que intervienen en el hábitat desde el compromiso con los intereses y necesidades populares. Hábitat y Sociedad, (10).

Pedro, B. H. (2022). Taller Libre de Proyecto Social. Formación para la actuación profesional en la producción social del hábitat, en contextos metropolitanos. ACTAS-Jornadas de Investigación, 1373-1391.

Peña, M. (1958). Introducción al pensamiento de Marx. Último Recurso.

Pírez, P. (2016). Las heterogéneas formas de producción y consumo de la urbanización latinoamericana. Quid 16. Revista del Área de Estudios Urbanos (6), 131-167.

Portes, A. (2004). Las estructuras de clases sociales en América Latina: su composición y cambio durante la era neoliberal. El desarrollo futuro de América Latina. neoliberalismo, clases sociales y transnacionalismo. Bogotá: ILSA.

Prada, G.A.; Di Croce Garay, A. (2023). Coordinación de Obra en el Hábitat Rural. La experiencia de la Colonia 20 de Abril, Luján. UTT-ArqCom (LP). En VI Encuentro Nacional de Arquitectura Comunitaria : libro de actas Mar del Plata, 8 al 11 de noviembre de 2023 / Compilación de Antonela Mitidieri; Editado por Antonela Mitidieri ; Macarena Blanco Pepi ; Jeremias Ispizua. – 1a ed – Mar del Plata : Universidad Nacional de Mar del Plata, 2024

Pradilla, E. y Jiménez, C. (1973). Arquitectura, urbanismo y dependencia neocolonial. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión.

Registro Nacional de Barrios Populares (2023). Observatorio de Barrios Populares. https://lookerstudio.google.com/u/0/reporting/0a127285-4dd0-43b2-b7b2-98390bfd567f/page/klATC

Rodríguez, M.C. (2002). Derecho a la ciudad y PSH. En E. Ortiz Flores y M. Zárate (Comps.). Vivitos y coleando: 40 años trabajando por el hábitat popular en América Latina (pp. 33-39). HIC-AL.

Rodríguez M.C. et al. (2007). Producción social del hábitat y políticas en el Área Metropolitana de Buenos Aires: historia con desencuentros. Documento de Trabajo Nº49. IIGG,UBA. http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Argentina/iigg-uba/20100720101204/dt49.pdf

Rojas Chediac, J.I.; Muiños Cirone, M.; Cantar, N.M.; Prada, G.A.; Di Croce Garay, A. (2022). Nuevos procesos, las mismas reivindicaciones. De la perspectiva voluntaria a la organización a partir del trabajo popular. En G. Rolón, P. Boldrini y P. Dorado (eds.) Arquitectura comunitaria y territorio. V Encuentro Nacional de Arquitectura Comunitaria, Tucumán, Argentina.

Santos, M. (2000). La naturaleza del espacio: Técnica y tiempo. Razón y emoción.

Salgado, M.; Gurría, L.S. y Cáceres, S. (2022). Experiencias sobre formación y extensión en la enseñanza de la Producción Social del Hábitat. En XXVI Encuentro Red Universitaria Latinoamericana de Cátedras de Vivienda-Red ULACAV repensar la formación en hábitat popular en la agenda de las políticas universitarias / compilación de Marta Graciela Giro [et al.]. – 1a ed. – Corrientes: Editorial FAU-UNNE, 2022.

Silveira, M. L. (2012). Territorio usado y fenómeno técnico en el período de la globalización.

Williams, R. (1997). Marxismo y Literatura. Península. Biblos, Barcelona.

Cuaderno Urbano es una publicación científica con arbitraje internacional dirigida a la difusión de artículos y ensayos que se ocupan de la cuestión urbana —en el sentido más amplio del término— desde las disciplinas científicas, combinando trabajos empíricos, teóricos y ensayísticos que den cuenta de problemáticas locales, regionales y universales. La intención de la publicación es favorecer y promover la generación de ensayos y artículos de jóvenes investigadores con las reglas de arbitraje científico, colaborando en la producción editorial de sus ideas, como también divulgar el aporte de científicos ya consagrados en su especialidad disciplinar.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional (CC BY-NC 4.0)

Cuaderno Urbano 41
Descargar Artículo

Cuaderno Urbano Nº41: Índice de Contenidos.

INDEXACIONES

ERIH PLUS, índice europeo de revistas académicas
CAICYT-CONICET, Nivel 1 (nivel superior de excelencia). Forma parte del Núcleo Básico de Revistas Científicas Argentinas.
SciELO, Scientific Electronic Library Online.
REDALYC, Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal.
LATINDEX, Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal.
DIALNET, Portal de difusión de la producción científica hispana.
DOAJ Directory of Open Access Journal.
ARLA, Asociación de Revistas Latinoamericana de Arquitectura.
REDIB, Red Iberoamericana de Innovación y Conocimiento Científico.

___

CONTACTO
Comité Editorial: cuadernourbano@gmail.com
Equipo Técnico Revistas UNNE: revistas@unne.edu.ar

___

Circuito para la compra del ejemplar físico de CUADERNO URBANO

  1. El interesado deberá realizar la trasferencia por el monto de $1500 (Pesos mil quinientos) a la siguiente cuenta:
    CUIT: 30-99900421-7
    Razón Social: UNNE Facultad de Arquitectura y Urbanismo
    Banco de la Nación Argentina
    Tipo de cuenta: Cuenta corriente en pesos
    N° de cuenta: 0110429920042910229610
    Alias: PEON.ROCIO.REMO
  2. Enviar por correo electrónico comprobante de transferencia a las siguientes direcciones: cobrotesoreriaFAU@gmail.com y seinv.investigacion@gmail.com con los siguientes datos:
    Nombre y apellido
    N° DNI
    Concepto de la transferencia efectuada
  3. Retirar el ejemplar por la Secretaría de Investigación de la FAU.
2025-08-26T08:53:03-03:00Cuaderno Urbano N41|
Ir a Arriba